El Paso de la Laguna Estigia, Joachim Patinir: Hacia 1510
Sobre Ortiz Forero:
Definir a Omar Ortiz como “un poeta de su tiempo”, se explica con la interiorización que ha hecho de las transformaciones sociales y de los paradigmas de pensamiento ocurridos en el siglo XX. La postura reflexiva de Omar es consecuente con un siglo en el que vimos caer a Dios y con él al hombre divinizado, la palabra universal que llevaba adentro alguna verdad con aspiraciones absolutistas se vio derrocada por el paso de lo singular, de lo relativo y contextual. Así, los poetas pueden volver a la República y la esencia de la poesía, -dice García Bacca aludiendo a
Hölderlin -“tal vez se parezca tan poco a la Poesía de la que es esencia, como la flor a la raíz de que, con todo, precede”. La obra de Omar da continuidad a la disputa entre la palabra abstracta, que ronda una metafísica un tanto oscura y la palabra coloquial, sencilla y sin artificios que espera el reconocimiento de ser poética, puesto que su obra va de la defensa de lo segundo, con una constancia que raya en la terquedad, pero que no es más que el convencimiento de una forma de pensar y de vivir que sostiene su poética, su auténtica y honesta manera de escribir.
Carolina Urbano
El aguamanil
Cada vez que tomaba dinero se lavaba las manos.
Decía que cada compra-venta
era el símbolo de una traición.
Se negaba a pagar en los autobuses
y en sus largas caminatas meditaba poemas contra la usura.
No conocía a Pound, pero sí los sanatorios.
Porque su verdadera obsesión era coleccionar aguamaniles.
El barrio
Mi ciudad es atravesada por un río.
Por su cauce vemos pasar: basuras, cadáveres, y de vez en cuando, agua.
Hay también un parque, samanes, ceibas, chiminangos,
viejas casas de barro y una mulata que fríe empanadas
cantando y contando cómo fue cabalgada por mi general Bolívar
Palobonito.
Allí, descansan los muertos, y sueñan las muchachas que saben bailar el currulao.
No es el mejor sitio del mundo,
pero su luz, a las cuatro de la tarde,
alucina pintores, fotógrafos, retratistas
y demás hacedores de postales.
La lluvia
A los primeros goterones
los gatos se escabullen al solar de las Martínez.
Una tragedia para la muchacha crespa
que tiene el alma de gaviota.
Odia ver llover
y no sentir el olor de los cangrejos.
Desde su lecho escucha el quedo ronroneo.
Los sabe agazapados bajo el almendro.
Presiente el silencio
que la asediará en la oscuridad,
el insidioso almizcle de la cacería.
Cierra los ojos,
y sueña el arco iris
que anuncia la tregua de las aguas.
Pero el golpeteo del techo lo desmiente.
No hay Noé para su diluvio,
ninguna tierra emerge de su miedo.
De nuevo los gatos transitan por el patio.
Ella, ávida de sal y espuma,
anclada en casa de barro y guadua,
el terror aleteándole en el pecho.
Bogotá, Colombia: 1950
Edita y dirige desde 1987 la revista de poesía “Luna Nueva” que completa 43 ediciones y 30 años de vida. Ha publicado por lo menos 13 libros de poesía de los cuales destacamos: Las muchachas del circo, Diez regiones, Un jardín para Milena, El libro de las cosas(Premio Nacional de Poesía Universidad de Antioquia, 1995), La luna en el espejo, Diario de los seres anónimos, Cequiagrande y la primera edición en España del Diario de los seres anónimos que, ampliada y corregida, acaba de ser publicada por la editorial “La Mirada Malva”. Se desempeña como director cultural de la Universidad Central del Valle en Tuluá, donde también dirige la Colección Editorial CantaRana.
Algunos libros del autor:
Compilaciones:
コメント