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Foto del escritorRespirando el verano

Tres poemas de Víctor López Rache


Límite circular III, M.C. Escher: 1959


Sobre la poesía de López Rache


“Asistimos al juego de una poesía vehemente y grave, donde la creación, como lo pensó alguna vez Bretón, deja de ser un acto puramente literario para transformarse en un medio de explorar los mundos y dar lugar a uno de ellos, habitado mediante una fuerza propia que hace de la obra algo distinto, novedoso y original. En este universo perdura la duda sobre la certeza, los interrogantes sucesivos que cuestionan la existencia vacilante, mutante, imprecisa y en agónico movimiento.

(...)

Una poesía o una actitud poética que sólo puede aprehenderse de modo interrogativo, gracias a la posición escéptica e incrédula frente al ser, a su devenir. Se cuestiona el artificio del tiempo, el exilio tomado como una fábula, la tradición, la vanidad de los muertos, la condenación del hombre por el poder, la huida de la realidad, el llanto de la guerra, la refutación de lo cronológico, la duda del espacio y la reiteración del laberinto cuyo centro es el vacío. ... Su ritmo es pausado, sus frases largas hipnotizan, desafían al lector tras la adivinanza, la sugerencia y el imposible fascinante, haciendo del poema un sendero que conserva sentidos secretos y una razón poética, metafísica y religiosa, realizada desde la oscuridad de las entrañas”.

Gabriel Arturo Castro




EN LOS PARAÍSOS DE K.


Nadie puede coronar la existencia con un milagro,

incluso dentro de un insecto

está prohibido disfrutar un día.

Para salvarte

evita la ayuda del azar;

el próximo amigo te llevara a la red

que los ordenanzas tejen con las intrigas de una pesadilla.

Pero es inútil huir siempre a la íntima oscuridad;

si durante la fuga la obediencia deja reír a los deseos,

para condenar el alma,

la naturaleza

cualquier mañana detiene el vuelo de la estatura.

Ya prisionero en el desdén de la libertad

niñas deformes provocarán tus pasiones

y los guías trastornarán tus pies en cada peldaño.

Reconocerse culpable de ser una hebra viva

es el destino del hombre;

ojalá sueñes menos en cruzar esa puerta.

¡En el palacio del innombrable la felicidad es suicida!



SI DEBES REGRESAR


Si debes regresar a la Metrópoli del Odio cuida el eco de tus pasos. La nube del reactor imita las vibraciones del sol que ayer iluminó nuestro camino antes de bifurcarse en laberintos cada vez más abstractos. Y si te dan la dicha de leer los signos del cielo, amor, busca una salida distinta a las impresas en el gen impuesto a escondidas en el brillo de tus ojos. La Biblia del Veneno en sus apasionantes páginas describe los placeres de las aterradas desnudeces que, en el Templo de la Libertad Infinita, concibieron las enfermedades para las galaxias aún libres del ojo biónico del más astuto de los telescopios.



LA FUGITIVA


Antes de la señal del límite rebelde a los puntos cardinales

en nuestra lengua grité tu nombre

y hasta los desperdicios sonrieron de mis fallas en las entonaciones del eco.

Alcancé a distinguir tus pasos huyendo de las brisas de afuera

y la alegría

me impulsó a saltar hacia atrás las estaciones del milagro;

pero el paraíso se negó a prestarme el reposo de sus fuentes

para disfrutar contigo la huida

del siglo de las cadenas

disfrazadas de llaves olvidadas en la puerta.

Te imaginé inmóvil

en el cruce opuesto a todas las direcciones.

Y sin esperanzas de un permiso en el mundo de las redes invisibles

cerré los ojos

y en la tiniebla oculta en el remolino de las fugas

encontré el mapa original de tus sueños.

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