Gran escena de la muerte. Max Beckamnn, 1906
Un día Madre dijo:
Ven hijo te regalo este muerto.
Era un muerto culto que en medio de la noche gritaba:
“…Qué dolor me inspira el magnánimo Eneas el cual
vencido por Aquiles va a descender a los infiernos por
haber dado crédito a las palabras del Flechador Apolo”.
–Llévatelo al colegio –prosiguió Madre– siéntalo a tu lado
entónale tus canciones
regálale la piel de gato que guardas como tesoro
préstale tus abedules llenos de vientos
báilale tu trompo de cedro
muéstrale el agua que bebemos
el horno donde se asa el pan al caer los sueños.
Todo iba bien. El muerto izaba bandera
escribía con tinta china las vocales que saltaban de las
palabras para bajar del tren que las
llevaba sobre las líneas dobles del cuaderno.
Un día llegó el aguafiestas del Maestro y dijo:
“Joven: ¿Qué hace usted con ese muerto en el colegio?”
Madre tomó cartas en el asunto. Recogió el muerto
lo llevó al cementerio y lo enterró en la tumba al lado
de los crisantemos.
Una palabra repetida que está a punto de sangrar sus vocales
no debe salir de tu lengua ni entrar a tus oídos. Las palabras
son agujas que los hombres lanzan al aire para ver a quien
pinchan con su filo en los viajes sin destino.
Ante ello –Señor Juez– me dije: ¿Por qué no he de disparar a un
muerto que todas las noches llega a nuestra conciencia nocturna
para repetir a nuestros oídos la bruma de sus sueños?
Muerto rompió en llanto ante las palabras de Madre.
Algo de ganso algo de trompeta. Lejos de sus compañeros
se sentó a orillas del mar.
“Estoy muerto” dijo Muerto. Lo sé porque en mi boca florece
una rosa de los vientos con pétalos y con espinas.
Mi país es un país de papel con sellos de juzgados
con notarios que cargan caspa y olvido sobre hombros
y una hipoteca para embargar el cielo.
Mi país es un país con dos mares donde vivos como muertos
carecen de agua potable o espuma de luz que brote de los
grifos.
Mi país lleno de aguas y cascadas gusta oír el estruendo que
produce el orinar de las yeguas al final de los combates.
Álvaro Miranda nació en Santa Marta, Colombia. Poeta y novelista. Sus primeros poemas aparecieron publicados en Antología de una generación sin nombre, Adonais, Madrid 1970, que realizara el crítico español Jaime Ferrán. El mismo año dio a conocer su libro de poemas, Indiada, Editorial Episfre de Bogotá. En 1981 la Universidad de Antioquia le otorga el Premio Nacional de poesía y publica el libro ganador Los escritos de don Sancho Jimeno (1982). Es Premio de Novela de Colcultura (1992) “Pedro Gómez Valderrama”, por su novela "La risa del cuervo", que a su vez la revista Semana la considera como una de las mejores novelas del último cuarto del siglo xx. En 1996, con el título "Simulación de un reino" recoge cinco libros de poesía anteriores (Tropicomáquia, Indiada, Cuatro de Lebrija, Los escritos de don Sancho Jimeno y Simulación de un reino), de Thomas de Quincey Editores. En su labor de investigación histórica ha dado a conocer León de Greiff en el país de Bolombolo (2004), Jorge Eliécer Gaitán, el fuego de una vida (2008), Toto la Momposina memoria del tambor, Crónicas para olvidar la historia y Colombia la senda dorada del trigo. En el 2003 fue ganador de la Residencia literatura del Ministerio de Cultura de Colombia y México para que escribiera en este último país, "El libro blanco de los muertos" (poesía). Su novela "Un Cadáver para armar" (2006) es editada por Intermedio Editores. En el 2010 viaja al D.F. como escritor ganador a la Tercera muestra de arte Iberoamericano, programa de residencias Artística para Creadores de Iberoamérica y de Haití en México, lo que le permitió realizar la novela "Muchachas como nubes" sobre la vida del poeta mexicano Gilberto Owen. El Banco de la República publica Obra escogida para su colección “Leer el Caribe” en el 2016.
Algunos de sus libros:
Poesía
Novela
Historia
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